El día 31 de diciembre es el último día en el calendario
gregoriano y se celebra con alegría y entusiasmo la nueva entrada de año. Tomar
las uvas mientras que suenan las doce campanadas que anuncian la entrada del
año nuevo y brindar con champagne se ha convertido en uno de los ritos más
característicos de las fiestas de Navidad y Año nuevo.
Se trata de la noche más alegre del año y donde trataremos
de devertirnos lo más que podamos. Así le damos la despedida a un año entero, y
se confía en un año nuevo lleno de buenas venturas. Todos hacemos "buenos
propósitos" para el año nuevo y nos deseamos colectivamente suerte y
felicidad.
La Sareb o "banco malo" recibe hoy 31 de Diciembre los
pisos, solares y créditos morosos de la banca nacionalizada, lo que supone el
disparo de salida para comenzar a colocarlos, a precios bajos, en el mercado.
Comprar uno de los activos inmobiliarios que comercializará la Sareb tendrá mucha ventajas.
Con su afán de captar inversores, el Ejecutivo ha establecido muchas ventajas
fiscales para los accionistas que quieran entrar en el ‘banco malo’. Los
gestores de la Sareb
se encargarán de hacer paquetes de los 89.000 pisos y los 13 millones de metros
cuadrados de suelo de las entidades nacionalizadas, juntando algunos más
rentables con otros menos rentables, para lograr venderlos a inversores
extranjeros y obtener una rentabilidad de ellos en 15 años, a través de la
emisión de Fondos de Activos Bancarios (FAB). Los clientes compradores deberán
ser inversores profesionales, sujetos a la supervisión de la CNMV , que podrán emitir bonos
con cargo a los FAB.
Algunas de las ventajas fiscales de estos fondos son muy
señaladas:
- Tributarán un 1% ó 2% de la rentabilidad que obtengan
- Exentos de abonar el ITP propio de las compraventas de viviendas de segunda mano
- Exentos de pagar el impuesto urbano de plusvalías
- Los inversores extranjeros tampoco tendrán que pagar impuestos cuando liquiden el FAB y recuperen su inversión inicial.
¿? Por qué no se valoraron estos activos con un descuento del 63% respecto a su
valor de tasación original y se entregaron a sus propietarios a 15 años, en vez
de tratar de obtener rentabilidad con ellos con inversores extranjeros, que
puedan enriquecerse y beneficiarse de unos llamativos privilegios fiscales y
les sirva como instrumento de blanqueo sin apenas pagar impuestos.
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